La Vitamina C, conocida como ácido ascórbico, es una vitamina hidrosoluble que es utilizada por nuestro cuerpo para reparar y mantener los tejidos celulares.
En el cuerpo, actúa como antioxidante, al ayudar a proteger las células contra los daños causados por los radicales libres. Los radicales libres son compuestos que se forman cuando el cuerpo convierte los alimentos que consumimos en energía.
El cuerpo necesita Vitamina C para producir colágeno y para favorecer la correcta cicatrización de las heridas. Además, la vitamina C también mejora la absorción del hierro presente en los alimentos de origen vegetal y contribuye al buen funcionamiento del sistema inmunitario para proteger al cuerpo contra las enfermedades.
Aún y todos sus beneficios no hay que olvidar que los extremos nunca son buenos y que hay que tomarla en su justa medida. De la misma manera que la ausencia de ésta es perjudicial para nuestra salud, el exceso de la misma también.
1.- La Vitamina C tiene una importante función en la producción de colágeno: interactua con los aminoácidos dentro de sus células, añadiendo hidrógeno y oxígeno a estos aminoácidos, y estimulando la producción de colágeno. Cuando no existe la cantidad adecuada de Vitamina C en el organismo, la producción de colágeno disminuye.
2.- La Vitamina C combate los radicales libres que, principalmente, provienen de la radiación solar (de la radiación ultravioleta) y se generan en nuestro organismo después de una excesiva exposición al sol.
3.- La Vitamina C es hidratante, ya que el ácido ascórbico frena y regula la pérdida del agua transdérmica.
4.- La Vitamina C es anticancerígena. Tiene la capacidad de proteger el ADN celular, para que no produzca alteraciones fotoquímicas que puedan producir tumores, decoloración o algún tipo de cáncer de piel.
5.- La Vitamina C está recomendada para todo tipo de pieles y edades.
1.- La Vitamina C protege frente a los cambios de temperatura ambiental.
2.- La Vitamina C estabiliza la barrera epitelial (primera barrera física de protección) al favorecer la síntesis de colágeno.
3.- La Vitamina C se acumula en las células inmunitarias y puede aumentar su capacidad de atrapar y destruir microbios.
4.- La Vitamina C interviene en la proliferación de los linfocitos T y B, que sintetizan los anticuerpos.
5.- La suplementación de Vitamina C durante todo el año reduce la severidad y duración de los síntomas del resfriado.